OBTENIDO DE: Módulo de Salud Mental, UNIANDES
Primera Unidad: Salud Mental y Enfoques.
Primera Unidad: Salud Mental y Enfoques.
Los trastornos
mentales reciben cada vez mayor atención y son temas prioritarios en muchos
países debido a su alta prevalencia y carga económica. A diario se pueden
hallar artículos acerca de nuevos avances farmacológicos y moleculares, así
como el interés de muchos grupos y países por mejorar sus sistemas de salud y
enfocarlos a problemas de alta prevalencia en salud mental, tales como la
depresión y la ansiedad.
A pesar de ser
abordados frecuentemente, los frutos de la investigación científica están cada
vez más alejados de la población. El desarrollo de nuevos psicofármacos sólo
favorece al pequeño grupo de personas que puede costearlos y las terapias no
farmacológicas tienden a ser demasiado extensas y caras. Las expectativas de
investigación se tornan cada vez menos clínicas y accesibles, sus técnicas y
metodologías más complejas y costosas, afectando sobre todo a los países con
bajos recursos. Los sistemas de salud se encuentran principalmente enfocados en
otras enfermedades, olvidando los altos niveles de prevalencia de los
trastornos mentales y el alto gasto económico que generan. Incluso muchos
programas de salud los han dejado de lado, catalogándolos como "problemas
de carácter y de debilidad".
Uno de los
principales problemas de los trastornos mentales radica en los conceptos que
tiene la sociedad acerca de la salud mental. Estas ideas se encuentran
enraizadas a todo nivel social, afectando principalmente a países menos
desarrollados. Las ideas populares acerca de la enfermedad mental son muy
variadas ("débil mental", "no tiene voluntad para mejorar",
"yo no estoy loco así que no voy a un loquero") siendo una constante
consciente o inconsciente en casi todas las personas, incluido el personal de
salud. Debemos considerar la idiosincrasia de cada población y los conceptos
mágico-religiosos que fortalecen el rechazo a las personas con alteraciones
mentales o a su tratamiento.
Consideramos
urgente que la sociedad y el personal de salud abran los ojos a los problemas
mentales y los enfoquen como verdaderas enfermedades. Pero no debemos iniciar
la acción con pedidos desesperados de ayuda a otros países o nuestras
instituciones, debemos comenzar con nosotros mismos. Esperar que una nueva
política global o nacional de salud cambie toda la estructura de pensamiento
colectivo social es utópico; la única forma de cambiar de manera importante
estas ideas tan arraigadas es afectando lenta pero constantemente a la base del
problema: cada individuo.
Como
profesionales de la salud somos una fuente importante de difusión de
conocimientos a la población, debemos ver más allá de sus males físicos e
influenciar el pensamiento idiosincrásico, siendo una fuente confiable de
información para la población. Es prioritario cambiar los conceptos de
enfermedad mental y hacerlos cada vez más aceptables. Se debe impulsar la
práctica clínica y la investigación original enfocadas al individuo y sus redes
sociales, además de estimular la participación de todas las personas
interesadas en el tema, tratando de hacer que los conocimientos sean fáciles de
entender y recordar6.
El desarrollo de
nuevas ideas no debe limitarse solamente al trabajo del laboratorio. Es
importante también estudiar, evaluar e intervenir de forma efectiva en cada
grupo humano, trabajando directamente con éstos, estimulando su entendimiento y
tratando de crear nuevos y positivos nexos entre su cultura y los conocimientos
actuales en salud mental.
Segunda unidad:
Desarrollo histórico y teorías psicológicas.
Desde sus inicios la humanidad ha
buscado encontrar respuesta a las distintas interrogantes que se le han ido
presentando a lo largo de su existencia, uno de esos interrogantes ha sido, y
lo siguen siendo, los trastornos del tipo mental que se presentan en ciertos individuos.
En la antigüedad no se tenía claro la
existencia de la salud mental como tal y mucho menos el de la enfermedad del
orden mental.
Los desequilibrios del tipo mental en
la antigüedad casi siempre se los relacionaba con lo divino y sobrenatural,
tanto como un regalo de los dioses por lo cual se veneraba al enfermo, como
también se podía tomar como un castigo de los dioses por alguna desobediencia,
a raíz de lo cual en el mejor de los casos se recluía al enfermo al abandono y
en los casos más desfavorables esto significaba la muerte del individuo.
Con el paso del tiempo se pudo avanzar
con los escritos de los distintos pensadores respecto del tema, pero en el
occidente medieval, luego del año 300 se prohíbe la lectura y difusión de los
autores paganos, incluidos Platón y Aristóteles.
La medicina toda se ve jaqueada por la
ignorancia y las plagas, esto es debido a que regía con mucha fuerza el
cristianismo. Con el renacimiento florecen las artes y las ciencias, se crean
las universidades a la par que surge la inquisición, con esta la preocupación
por la sexualidad se acentúa; pero con un fuerte matiz persecutorio.
Uno de los textos más famosos es “El
martillo de los brujos” en donde describe con minuciosidad obscena, actos
sexuales en los que intervienen ‘Entidades demoníacas’. Con el paso del tiempo
todo esto fue cambiando, llegando a la reclusión de los enfermos en el seno de
la familia, escondidos para el resto de la sociedad como algo vergonzoso, y
hasta algunas veces siendo recluidos en hospitales y prisiones.
Con el transcurrir de los años los
hospitales generales se iban llenando de enfermos mentales, por lo que se
acudió una vez más a las cárceles para solucionar este ‘Problema’ produciendo
de esta manera un encarcelamiento masivo de personas con algún tipo de
desequilibrio mental.
Recién a partir del año 1973 en
adelante Philippe Pinel rompe las cadenas de los enfermos, y comienza la
reforma de las mencionadas instituciones; esto se puede ver como el comienzo
del tratamiento médico de las enfermedades mentales.
En la prehistoria
se le atribuía la locura a castigos de dioses los primeros informes en
occidente sobre locura los encontramos en la biblia con nabuconodosor en el
siglo V.a.c. se le atribuyó la salud mental a la teoría humoralista.
Historia de la
salud mental relación con salud enfermedad e instituciones.
El diagnóstico era impuesto por chamanes y la cura eran pócimas o brebajes. Galeano padre de la medicina clasifico la locura en manía y melancolía.
Manía: exceso de sangre y bilis amarilla se manifestaba con alucinaciones.
Melancolía exceso de bilis negra y se manifestaba con depresión.
El diagnóstico era impuesto por chamanes y la cura eran pócimas o brebajes. Galeano padre de la medicina clasifico la locura en manía y melancolía.
Manía: exceso de sangre y bilis amarilla se manifestaba con alucinaciones.
Melancolía exceso de bilis negra y se manifestaba con depresión.

a lo largo de la edad media se impone la idea de posesión diabólica con respecto a la enfermedad mental continuando con las fallidas trepanaciones craneales y con las sangrías entre otros tratamientos profundizándose más aun con la desafortunada peste negra
en el renacimiento la salud mental da un giro debido al gran aporte de descartes del dualismo a partir de estos importantes hitos se incluyó la psicofarmacología en el mundo
en 1860 se incluyó la morfina.
A finales de siglo xvii los grandes cambios sistemáticos hacen que Von Haller estableciera la melancolía como evaporación de sangre.
En el siglo XVIII figuras representativa de la psiquiatría como Pinel y Chiarugi fueron los pioneros en iniciar un trato humano a los pacientes que padecían trastornos de salud mental
Chiarugi incorpora el componente psicológico a la enfermedad mental, los estado corporales influencian la mente.
La inclusión de los primeros psicofármacos fueron la clorpromazina (antipsicótico), la ironizada y la imipramina (antidepresivo), todos estos incluidos en la década de los 50'tas al afectar directamente el sistema nervioso central a finales del siglo XVIII Sigmund Freud produce una ruptura epistemológica al afirmar que el medio y las experiencias concretas del paciente cuentan para entender de su mayor o menor equilibrio emocional se mantiene la clasificación de manía melancolía y demencia.
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